No es un adiós, sino un hasta pronto.
Hay veces en la vida de las personas que se necesita una semana sin mundo. Esto es una frase irreal, imposible, pues, a no ser que cogieses un pedazo cohete hacia la luna, del mundo no puedes escapar, así que como una ciudadana más que soy, cojo mis maletas y me largo de este pueblo, al menos durante una semanita. Para hacer esas cosillas que me gustan como leer, tomar el buen solecito y disfrutar de algo tradicionalmente nuevo, sin separarme de la armonía que producen mis cascos conectados al móvil. Aunque de vacaciones llevo ya casi un mesazo, aquí empiezan las de verdad, las de sol y playa.
Dejo el blog, como prueba de que no sólo me despido de gente sino también de redes sociales, de internet, de ordenadores, y no habrá más entradas de utópica hasta bien entrado julio. Disfruten, que yo pienso hacerlo. "Las aventurillas ya se verán al volver"Un besito risueño, y hasta que me volváis a leer.
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Pensamientos calamocanos