lunes, 1 de julio de 2013

Delirios de verano

Y en ese mismo instante se paro mi mundo y el suyo, el pareciendo fuerte y yo por el, nunca pensé que seria él el primero en caer, quiero decir el primero en…

Yo pensaba o mas bien quería desear que esa mancha que salió en los resultados no seria nada grave quizá una mancha de café o de algo de ese medico desordenado y sucio, no pensaba que en un segundo, tu tuvieras fecha de muerte.

A la vuelta todo era silencio, pero podía apreciar esas lágrimas que caían al suelo producidas por tus ojos.

Pocos meses después estabas a tres metros bajo tierra parecía mentira, parecía mentira que esto te pasara a ti… tan fuerte tan tan…no se era todo muy repentino.


Y mi mundo se paro se quedo con un el tuyo a esos tres metros bajo tierra se quedo ahí para nunca salir, hasta que de pronto apareció y toda mi vida cambio de repente.

domingo, 12 de mayo de 2013

Sin abrigo, sin frío

Y me vi sola, sentada en un banco. Sin abrigo, sin frío. Sin compañía, sin soledad. Sin luz, apagada. Todo daba vueltas, desde fuera y desde dentro. Vino aquel,
-¿te ocurre algo?
-¿cómo dices?- sorprendida
-¿Qué haces aquí sola? Hace frío, ven.
-Lo siento, no quería darte pena. Pero no te necesito a ti, ni a nadie.
-Yo no diría lo mismo. Si no necesitases ayuda estarías allí dentro, bailando.
-No me gusta bailar.
-Mientes, te he visto, y lo haces jodidamente bien.
-Cierto, adoro el baile lo que no me gusta son las miradas de babosos como tú mientras bailo.
-Te estás pasando, si me lo pides me iré.
-¿Cómo dices?- sorprendida.
-¿Qué haces aquí sola? Hace frío, ven.
-Lo siento, no quería darte pena. Pero no te necesito a ti, ni a nadie.
-Yo no diría lo mismo. Si no necesitases ayuda estarías allí dentro, bailando.
-No me gusta bailar.
-Mientes, te he visto, y lo haces jodidamente bien.
-Cierto, adoro el baile lo que no me gusta son las miradas de babosos como tú mientras bailo.
-Te estás pasando, si me lo pides me iré.
-¿Cómo dic..?

Y me calló con un beso.

Y me vi con él, sentada en un banco. Sin abrigo, con su abrazo. Acompañada, sin soledad. Sin luz, deslumbrante. Todo daba vueltas entorno a nosotros. Vino aquel, y me salvó. Realmente necesitaba su ayuda. Por un momento llegué a pensar que lo había perdido todo.

Y me calló con un beso.