Pobre princesita
que aun espera que su príncipe la levante, esos que van de azul y en su caballo
blanco. No busques a ese príncipe que nunca aparecerá, que nunca existió ni existirá.
Princesa
de ese reino que no tienes y que deseas tanto, esa corona de plástico que
tienes y que tú imaginas de brillantes. Esa historia de cuento de hadas que en
tu mente esta viva, baja de esa nube, a la tierra donde te encuentras tirada en el suelo.
Mira en
tu mente la caja de recuerdos y sueños, busca en su interior y encuentra ese
momento que solo con mirarlo te den ganas de sonreír, date cuenta que ni ese
castillo, ni reino ni príncipe existen, que en la vida real hace tiempo que ya
no están que se fueron como el viento mueve el polvo.
Levanta,
recoge tus lagrimas en pequeños botes y cámbialos
por sonrisas, límpiate el barro y el polvo del vestido, cámbiate los
tacones y cámbiatelos por zapatillas,
corre como nunca, tanto que parezca que vueles.
Y recordar que solo tú eres protagonista de tu historia y tú eliges como termina.
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Pensamientos calamocanos